miércoles, 9 de febrero de 2011

"Educación en la autoestima". ("Yo dona" - 20 de noviembre de 2010)

"El correo de la directora"



«No hay chalecos anti balas para mujeres.» Escuché esa frase y sentí un escalofrío, porque recordé a Anguita Parra­do y José Couso, periodistas muertos en la guerra de Irak, y recordé a Julio Fuentes, periodista muerto en Afganistán ... Se me movió el piso, porque aquella frase la decía una mujer, no una mujer cualquiera, sino Mayte Carrasco, una periodista especializada en guerra. Lo dijo en Valencia, en el 11 Congreso Mujeres en el Mundo liderando el Milenio, al que yo también asistía invitada. Lo dijo, es verdad, entre muchas mujeres, pero también entre algún hombre (la mesa redonda en la que ella, Mayte Pascual y yo hablábamos estaba moderada por un hombre, Ginés Uorca, delegado de Antena 3 en la Comunidad Va­lenciana), y sé que a mucha gente también se le movió el piso. Y lo dijo de pie, hablando al auditorio con un desparpajo que reconoció como recientemente aprehendido, porque explicó que, aunque esté acostumbrada a la cámara, a los reportajes y las entrevistas, hablar en público era algo que hasta hace muy poco le avergonzaba. 





"En todas las tutorías de todos los colegios, la autoestima tendria que tratarse como un concepto TRANSVERSAL."





Pum, pum, pum ... , de nuevo nuestra querida autoestima, pensé. Se repite y se repite. Lo escucho en los muchos cur­sos, seminarios, jomadas a los que acudo por motivos laborales, pero también por gusto personal, yen los que se habla de esos asuntos que afectan al 50% de la población. Lo siento cuando oigo a una amiga a la que van a promocionar dudar so­bre su idoneidad para el puesto. No se trata de saltar todos los días de la cama en plan campeón de los pesos pesados, me vaya comer el mundo y a todo el que me encuentre a mi paso, pero creo que en todas las tutorías de todos los cursos de to­dos los colegios, la autoestima tendría que tratarse como concepto transversal, y lo siento, pero incidiendo especialmente en las niñas. Bravo por Mayte que se atrevió a hablar en público, moviéndose por el escenario, como una speaker profesional, bravo porque se atrevió a contarlo. Bravo, sobre todo, por tantas muje­res que tienen a diario el coraje de sacar solas a sus hijos adelante, me impresiona cuando veo a muchas subir a los autobuses (el otro día me enteré, por cierto, de que en bastantes localidades las empresas muni­cipales ce.transpcrte impiden que lo hagan con carritos dobles), aga­rradas a las barras, de los autobuses, que obviamente no están pensa­das para sus alturas, recorriendo las ciudades para llegar a cenar con sus hijos. Bravo por las que han entendido que las co­sas se pelean pero se consiguen mejor con caricias que con mordiscos, como la bloguera cubana Yoani Sánchez, que debía estar en aquella mesa en Valencia y a la que su Gobiemo, una vez más, negó el visado para salir del país y acompañamos. Gracias a las nuevas tecnologías, Yoani estuvo allí. Con un video, claro. Me conmovió. No su discurso político o reivindicativo, sino justamente el más ligado a la inteligencia emocional, ese que dice que ahora siente que su responsabilidad es la de no crispar más. «Este país -dijo refiriéndose a Cuba- necesita un discurso menos agresivo. Este país necesita faldas, porque no es que las mujeres seamos más valientes, es que estamos más ligadas a nuestra realdad» Será que estamos viviendo no una época de cambios, sino un cambio de época, como dijo la periodista de televisión Mayte Pascual, será que estamos saliendo de la inercia temporal que vive nuestra sociedad, el caso es que en Valencia oí cosas tan interesantes como que sólo hace unos años la FOA (organismo que da el visto bueno a medicinas y alimentación) estableció una reglamentación por la que los ensa­yos para los nuevos fárrnacos se prueben en hombres y mujeres, porque hasta entonces sólo se hacía con ellos. También allí supe que la endometriosis (que tanto dolor causa a tantas mujeres menstruantes en el mundo) no se ha admitido como enfer­medad hasta hace unos pocos años. Y también allí escuché una duda que no me había planteado pero que tal vez sea razo­nable: ¿no puede encontrarse una fórmula para hacer las mamografias que no cause tanto dolor e incomodidad? Pues eso.

P.D. 60 mujeres y tres hombres han muerto en lo que va de año a manos de sus parejas o ex parejas. Ouien su­fra violencia de género puede llamar al número gratuito 016, que no deja huella en la factura telefónica Y recuerden: la mejor defensa es la denuncia

Charo Izquierdo, DIRECTORA DE YO DONA

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